La obra de Jorge José Loira Gago se presenta a los lectores como la producción literaria de un joven apasionado por la expresión poética de lo trascendente, lo que existe más allá de los sentidos humanos, un joven ansioso por descubrir su propia lírica. Vivió intensamente sus anhelos y ambiciones intelectuales en sus dieciocho años cuando, de golpe, un aneurisma acabó con ellos llevándose al joven y al poeta, indisolublemente unidos. A pesar de su juventud (su producción poética fue elaborada entre los trece y los dieciocho años) se observa en su obra una conciencia muy acusada de poeta comprometido con su propia voz, en búsqueda y descubrimiento siempre, con sus ideas y sentimientos, y también con su generación. Son muchas las referencias a los comportamientos, peligros (como las drogas en la España de finales de los años setenta y principios de los ochenta del pasado siglo), aspiraciones y despertares de sus coetáneos. Y este contexto cultural y social se ve trascendido por sus reflexiones existenciales universales y eternas. Gonzalo Torrente Ballester afirmó de Loira a su muerte: "Lo voy a echar de menos, estas mañanas de invierno que se acercan, en mi rincón de la plaza Mayor, y no deja de ser posible, sino casi seguro, que un puesto distinguido en la historia de la poesía española haya quedado vacante []".